Esta famosa baraja de cartas del Tarot está formada por 48 cartas, y cada una tiene un significado muy profundo que nos puede trasladar un mensaje cargado de información con mucho poder.
Esta baraja de Tarot se originó en Europa, más concretamente en Ruisa, en el siglo XIX. El pueblo gitano adoptó esta manera de adivinar el futuro y lo hizo junto a otras prácticas adivinatorias como la lectura de manos, o las predicciones a través de la bola de cristal. Estas cartas podían traer mensajes sobre cualquier tema, como podían ser el amor, el trabajo, la salud, y cualquier pregunta que se hiciera a la práctica espiritual.
Estas cartas las creó Marie Anne Adelaide Lenormand, parisina que se hizo famosa por sus tiradas de cartas del Tarot que ella misma había diseñado. Fue tras su muerte, cuando esta baraja trascendió sus fronteras y fueron adoptadas por muchos tarotistas.
Madame Lenormand hacía las tiradas con una clara intención de entrega hacia los demás, intentado descifrar el futuro de sus consultantes para desvelarles el desenlace de sus dudas, y qué caminos debían tomar para que todo fuera de la mejor manera.
En París fue famosa por sus tiradas, y toda la alta sociedad acudía a ella para hacer sus consultas, incluso en los convulsos años de la Revolución Francesa.
En el Tarot de Lenormand, el As nos habla de algo que comienza, y puede ser un trabajo, un nuevo amor, una nueva vida en un país nuevo.
Cuando nos sale el Dos, nos trae el mensaje de armonía, del equilibrio, la estabilidad que compensa fuerzas.
El Tres en la baraja, quiere decir que se consigue las metas planteadas, el triunfo en la vida o en los proyectos.
El Cuatro es la intensidad de un esfuerzo, la tenacidad cuando se quiere conseguir un objetivo.
El Cinco, nuevos horizontes, libre albedrío, nuevas aventuras.
El Seis, entrega a la palabra dada, compromiso con las obligaciones.
El Siete, investigación en nuestro interior, reflexión profunda para conocernos mejor.
El Ocho, plan definido, situación y emociones controladas, previsión.
El Nueve, conseguir lo que se pretendía, fin del viaje emprendido.
El Diez, crecimiento personal, bagaje y sabiduría, entrega al conocimiento.
La Sota, fidelidad, trabajo en equipo, se unen fuerzas para lograr un objetivo, amista.
La Reina, nos habla sobre la feminidad, dotes para guiar a los demás, poder de influencia.
El Rey, líder con autoridad, iniciativa, características masculinas.
La baraja está formada por cuatro palos: Espadas, Oros, Bastos y Copas, que al igual que el Tarot de Rider Waite o Marsella, tienen un significado diferente cada uno:
Espadas: Elemento Aire y representa a la parte racional, la reflexión, pensamiento y la parte creativa de la persona.
Oros: Elemento Tierra, representa lo material, la riqueza, y la familia.
Bastos: Elemento fuego, es la fuerza, la determinación y los objetivos alcanzados.
Copas: Elemento Agua, la parte emocional y el amor.
Las cartas pueden ser de tipos diferentes, pero el fondo es el mismo para hacer una buena predicción o para esa introspección que nos hará descubrir esa parte desconocida de nosotros mismos.
Las tiradas se deben hacer en un sitio tranquilo, sin molestias sonoras o luces que no nos dejen concentrar en la información que nos da el Tarot. Elegir un tapete que solo se use para hacer las tiradas, y extenderlo sobre un sitio que no tenga distracciones ni nada que pueda molestar cuando se haga el corte de la baraja o cuando se extiendan las cartas.
Las predicciones se hacen en base a las energías que hay en ese momento, a lo que se está predispuesto según se vibra cuando se hace la consulta, pero esas predicciones no nos determinan al final que las cartas dicen, los seres humanos tenemos libre albedrío para elegir los caminos que se nos presentan por delante, y las cartas lo que sí harán es decirnos hacia dónde nos dirigimos en ese momento, y qué posibles caminos diferentes podemos tomar.