El Tarot es una guía valiosísima que, si sabemos usar bien, nos ayudará a conocernos y encontrar un camino que nos lleve donde deseamos llegar.
Usando esta persona como ejemplo, el Tarto le está diciendo que ella tiene un interés en esa nueva persona que ha aparecido, algo le ha despertado porque si no la habría ignorado y habría continuado con su vida. Pero el Tarot le está diciendo que algo tiene dentro suyo, quizá no esté enamorada de su actual pareja como ella trata de autoconvencerse, quizá dentro suyo haya una voz que le pida un cambio para ir hacia donde ella realmente quiera, y no estar con una persona por razones ajenas a sus sentimientos.
El Tarot, con sus mensajes, le está guiando hacia el auto conocimiento, para ser consciente de sus sentimientos reales y así luchar por lo que tiene en su corazón, y no en su mente.
El Tarot nos lleva a la introspección, a una investigación de nuestro yo real, no de la persona en la que nos ha convertido la sociedad.
Para que el Tarot sea esa guía, primero tenemos que ser sinceros con nosotros mismos, y aceptar lo que llevamos dentro, pero también debemos aceptar nuestra responsabilidad sobre lo que pasa en nuestras vidas, no podemos seguir en piloto automática e ir aceptando lo que vaya pasando en nuestras vidas.
Tenemos libre albedrío, y eso hace que podamos decidir lo que hacemos pero, aún siendo una bendición, a veces nos provoca mucho malestar la responsabilidad de tener que decidir hacia dónde vamos a ir.
Si esa persona está enamorada de su actual pareja y ella, de forma consciente, decide que quiere seguir con ella, no debe inquietarse ante la presencia de quien quiere conocerla de forma íntima.
Las cartas del Tarot es una herramienta de autoconocimiento muy importante, y si queremos aprovecharlas al máximo, cuando hagamos una lectura, o sea otra persona la que nos haga una tirada, la reflexión después de la lectura es imprescindible.
Tomemos el mensaje y meditemos sobre lo que tenemos guardado en nuestro inconsciente, sobre lo que nuestro corazón tiene que decir en esa situación y tomemos una decisión que sea lo más fiel a lo que somos realmente, no sobre la ficción que vivimos a menudo intentado vivir la vida que se supone que debemos vivir, o cualquier razón que no sea la que nosotros consideramos realmente correcta.